Vivimos en un mundo en el que se nos obliga a pensar en ¿Cómo los demás nos ven?. Las críticas se han vuelto gratuitas y las ganas de criticar, masivas. Es increíble como se puede destruir la imagen de la gente por un error al hablar o al actuar, como si nadie cometiera errores... y lo peor es que, aunque no nos involucre, ahí estamos corriendo el chisme...
He pasado por la etapa en la que me importa como me ven los demás, en la que vivía siendo la niña modelo. Claro que, cuando llega la adolescencia, todo empieza a cambiar y te vas dando cuenta lo poco que importa como te ve la gente... pero luego llega la juventud y, de nuevo, te empieza a importar todo. Sin embargo esto, puede o no, ocurrir.
Siendo sinceros, incluso si actúas de la mejor manera siempre habrá gente que te buscara hasta la mínima imperfección y buscara hacerte mierda por ahí. Tratar de complacer a todos no es una tarea obligatoria, ni siquiera, es una tarea... es un error. Debemos actuar de la manera que nos haga felices, siempre siendo responsables y considerados pero siempre "siendo" por nosotros mismos.
Siempre he creído que "Si le caes bien a todo el mundo, algo anda mal" las personas no somos iguales y, por ende, siempre habrán discrepancias, eso es parte de ser uno mismo.
No dejen que les digan como pensar o como sentir, esas son capacidades personales y lo son porque solo nosotros podemos y debemos manejarlas. Buen Martes!
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