En medio de esta dura semana de finales, uno de los cursos que menos dolor de cabeza me da es Ética. Y no es porque lo considere fácil, sino, porque realmente me gusta. La ética es necesaria pero sobre todo, extraordinaria para entender el actuar humano.
Una de las cosas que más me ha quedado del curso es lo relacionado al Punto Medio, según Aristóteles, hallar el punto medio es necesario para lograr ser un ser virtuoso. Esta búsqueda consiste en conocer los extremos máximos y mínimos de una acción determinada para poder establecer cual es el margen correcto sobre el que hay que actuar.
Bajo esta premisa, analice una de mis más características "virtudes"; la sinceridad. Yo soy una persona muy sincera, de esas que te dicen lo que sienten y lo que piensan en el momento en que lo sienten y lo piensan. Sin embargo, esta "virtud" me ha hecho pasar muy malos ratos, y es que, no a todo el mundo le gusta eso.
Ahora bien, pasemos a analizarlo... la máxima de la virtud de la Sinceridad, puede llegar a caer en una especie de inoportunismo, es decir, que la sinceridad es buena siempre que se utilice en el contexto adecuado. No sería correcto decir lo que sientes si es que sabes que vas a causar un daño mayor que el bien que deseas realizar. Y la mínima, sería no decir nada y guardarse todo para uno mismo. El punto medio en este sentido es la prudencia. Porque siempre es bueno decir lo que se siente, siempre que esto sea para lograr un bien COMÚN, jamás para lastimar.
Solo me queda decir que debemos buscar el punto medio de nuestras acciones y nuestras formas. (Porque nada en exceso es bueno). Siempre sean ustedes mismos pero teniendo en cuenta que no son los únicos en la tierra y que hay que hallar la forma de vivir bien con relación a los demás. Buen Fin!